lunes, 13 de mayo de 2013

Reflexión honesta

Mi vida era mucho mas simple antes de que llegaras, pero me he dado cuenta de que esa comodidad fue siempre nada menos que un engaño. En ese entonces no tenía dudas, pues todo lo que debía saber me lo habían inculcado. Me habían llenado de sueños, deseos y proyectos, que sumisamente acaté como propios...
Sabía a donde ir, porque tenía el camino delineado, luminoso, alumbrado con linternas sostenidas por los demás.  Y siempre que tropezaba, alguien me levantaba sujetándome los brazos, y me hincaba por la espalda, impulsándome a continuar.
Llegaste vos, y deshiciste mis sueños, apartaste las linternas y a ese que antes me empujaba... No lo hiciste queriendo, no lo hiciste por mi, ni conmigo. Lo hiciste a pesar de mi, a pesar de todos, a pesar tuyo también... Mi vida era mas simple antes de que llegaras, sí, era más cómoda, más clara. Pero no puedo culparte por la oscuridad en que me hundiste, sin saberlo. Al contrario, creo que ha llegado el punto en que por fin veo, que no me queda más que agradecerte. He llegado al punto en donde todo lo que busco, es mi propio camino, mis propios sueños, mi propia felicidad, y me despojo para ello de todo lo que me han impuesto, incluyéndote.